El arrastre: ¿en qué se diferencia del gateo?

Movimiento muy desconocido para muchos y confundido con el gateo. El arrastre consiste en que el niño consigue moverse por primera vez por el suelo y llegar a un lugar concreto por él mismo. Se logra entre los 7-9 meses de edad. Con toda la tripa apoyada en el suelo, alcanza el movimiento empujándose con sus pies y particularmente con el dedo gordo. Las manos y antebrazos son también un buen apoyo. Aquí debemos fijarnos en que no se produzcan asimetrías, como por ejemplo, que se arrastre más con un pie que con otro.

El gateo: ¿por qué es tan importante el gateo?

El arrastre prepara al bebé a alcanzar el gateo. La edad en el que se desarrolla es muy amplia, desde los 7 meses a los 10 meses, aproximadamente.

¿Por qué es tan importante el gateo? Digamos que es un paso muy importante porque el niño logra el control de su cuerpo sobre solo cuatro puntos de apoyo. Además, el desarrollo del patrón cruzado, que ya se había iniciado en el arrastre, queda perfeccionado.

En esta etapa, otras funciones visuales, auditivas y manuales se desarrollan por lo que es una etapa fundamental para el neurodesarrollo.

El gateo además, viene de la mano de la sedestación, que es cuando el niño logra sentarse por sí mismo.

Por último, una serie de movimientos irán emergiendo. El “macaco” o “marcha del oso” permite al niño seguir avanzando sobre cuatro puntos de apoyo. Eso le ayudará a poder posicionarse de cuclillas y comenzar a practicar el “ponerse de pie”. El intervalo aproximado de desarrollo de la marcha es de los 10 meses hasta los 16.

¡Es más importante llegar bien que llegar pronto!

Garantizar que el niño pase por todas las etapas es más importante que la edad a la que lo consigue.

Este proceso tan fascinante, teje en nuestro sistema nervioso las bases para establecer una correcta motricidad gruesa y fina, desarrollar los sentidos o la lateralidad. Es por eso, que no es tan importante la edad en la que se alcanza un nuevo hito evolutivo, si no poder pasar por todas las etapas.

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